David Rockefeller y Fidel Castro |
El 23 de Octubre de 1995 en celebración del 50 aniversario de la ONU se llevo a cabo un encuentro en la casa Harold Pratt (de la familia Rockefeller) de New York. En aquella ocasión en la cede del Council on Foreing Relations CFR fueron homenajeados entre otros, los lideres de los movimientos terroristas y gobiernos totalitarios más anti norteamericanos, entre ellos, Yasser Arafat, Jiang Zemin y Fidel Castro.
A Castro, en especial, Rockefeller lo distinguió con una invitación a su casa familiar del condado de Westchester. Allí, lo presentó a la élite social de Manhattan, representantes del jet-set, la intelligentsia y el poder financiero y político norteamericano. Sin embargo, esta no será la primera ni la última vez que Rockefeller honre al dictador cubano.
Fidel Castro ha sido el líder latinoamericano que más veces se ha presentado ante el Council on Foreign Relation (CFR) bajo la dirección de David Rockefeller.
Rockefeller había recibido a Castro en el CFR al menos en dos oportunidades anteriores: en 1955, mientras preparaba su expedición contra el régimen de Batista y en 1959, a poco del triunfo revolucionario. (En ambas ocasiones, su maestro de ceremonias fue un viejo agente del CFR llamado William Wieland)
Al desmoronarse la Unión Soviética y el bloque comunista en 1991, con el fin de la guerra fria, el gobierno de Castro quedo sin fuente de suministros ni socio comercial alguno. Es en esos momentos que Peggy Dulany, la hija de David Rockefeller; amiga y admiradora, digamos, más que personal de Castro; corrió a la Habana con varios expertos en negocios y organización de E.U para asesorar a sus contrapartes cubanas a cargo de la industria básica y turística. Ni los rusos, ni los chinos hicieron esto por Castro, por el contrario, fue una hija de Rockefeller.
Por su parte, desde los 60, Abby, la rebelde y marxistoide hermana de Peggy Dulany, ya era una ferviente admiradora de Castro.
Más aún, el padre de Abby y Peggy Dulany, David Rockefeller, es presidente del AHTC o Americans for Humanitarian Trade with Cuba (Americanos por un comercio humanitario con Cuba), que desde su fundación en 1998, es el principal grupo que cabildea ante el Congreso norteamericano en favor del levantamiento del embargo contra Cuba. A aso tiene esto alguna lógica aparente?
También, David Rockefeller ha promovido el Programa de Estudios cubanos del Centro de estudios Latinoamericanos del, a su vez, Centro David Rockefeller perteneciente a la Universidad de Harvard.
A través del programa de estudios del Centro Rockefeller, cientos de profesionales y científicos de las instituciones gubernamentales cubanas han disfrutado de becas y cursos gratuitos en la elitista universidad de Harvard. Gracias a ello, las instituciones científicas castristas están en la mejor disposición para desarrollar desde la vacuna contra el SIDA hasta la fabricación de armas biológicas de exterminio masivo para terroristas y movimientos radicales.
Como colofón, en febrero del 2001, David Rockefeller visita Cuba acompañado por una delegación del CFR compuesta por 19 importantes personalidades financieras, políticas, mediáticas y académicas norteamericanas.
Al igual que en sus viajes a la antigua URSS -que, como veremos, preparó la caída del bloque comunista- y a China, que le abrió la puerta a las finanzas internacionales a Pekín, la visita de Rockefeller a la Isla será decisiva para el futuro del régimen castrista.
Tras la visita de David a La Habana y gracias a su trabajo desde el AHTC -con ayuda de la comisión de su asociado Kissinger-, los E.U ha vuelto a convertirse en el principal suministrador de alimentos de Cuba.
Gracias a la gestión de Rockefeller, el comercio entre EE.UU. y Cuba ha sobrepasado los mil millones de dólares, a pesar del diferendo con la Isla, el llamado embargo comercial y de las presiones de los congresistas y senadores cubano americanos. Esto, definitivamente, ha evitado un colapso total del régimen castrista.
Quizás usted ha escuchado que el petroleo venezolano se refina en Cuba. Lo que tal vez no sabe es que esas refinerías no las construyo Castro. Sin lógica aparente, en la década de los 50, las grandes empresas petroleras norteamericanas instalaron cuatro refinerías en Cuba para procesar el crudo proveniente de Venezuela, en vez de instalarlas en ese país. Las mismas tenían una capacidad de unos 300 mil barriles diarios, lo que decuplicaba incluso las futuras necesidades de la Isla en pleno desarrollo.
Las dos refinerías cubanas más importantes eran propiedad de la Standard Oil of Cuba, una de las mayores inversiones de los Rockefeller en América Latina durante la década de los 50 junto a sus vastas posesiones de la United Fruit Co. al norte de la región más oriental de Cuba.
No obstante haber perdido todas sus propiedades en Cuba debido a las confiscaciones del gobierno de Castro, los Rockefeller nunca dejaron de manifestar un gran afecto hacia Fidel Castro.
En agosto de 1959, a pesar de las confiscaciones, Nelson Rockefeller dijo con admiración: "Pienso que Fidel Castro está haciendo un magnífico trabajo". Ya, el 24 de diciembre de 1958, los Rockefeller habían brindado por este cuando hizo una fiesta en el Waldorf Astoria llamada "Fiesta Cubana" en la que manifestó que esperaba un nuevo gobierno para Cuba.
La familia Rockefeller no es cualquier objeto de farándula de ricos y famosos sino uno de los clanes más influyentes y poderosos del mundo. Quizá, el más influyente y poderoso. Nada de lo que haga o diga un Rockefeller –sobre todo David- puede tomarse a la ligera.
En realidad, el afecto de los Rockefeller hacia Castro va más allá del puro capricho sino que es resultado de una la larga relación que involucra desde los intereses particulares de este clan como de los planes mediatos de la élite financiera global.
A Castro, en especial, Rockefeller lo distinguió con una invitación a su casa familiar del condado de Westchester. Allí, lo presentó a la élite social de Manhattan, representantes del jet-set, la intelligentsia y el poder financiero y político norteamericano. Sin embargo, esta no será la primera ni la última vez que Rockefeller honre al dictador cubano.
Fidel Castro ha sido el líder latinoamericano que más veces se ha presentado ante el Council on Foreign Relation (CFR) bajo la dirección de David Rockefeller.
Rockefeller había recibido a Castro en el CFR al menos en dos oportunidades anteriores: en 1955, mientras preparaba su expedición contra el régimen de Batista y en 1959, a poco del triunfo revolucionario. (En ambas ocasiones, su maestro de ceremonias fue un viejo agente del CFR llamado William Wieland)
Al desmoronarse la Unión Soviética y el bloque comunista en 1991, con el fin de la guerra fria, el gobierno de Castro quedo sin fuente de suministros ni socio comercial alguno. Es en esos momentos que Peggy Dulany, la hija de David Rockefeller; amiga y admiradora, digamos, más que personal de Castro; corrió a la Habana con varios expertos en negocios y organización de E.U para asesorar a sus contrapartes cubanas a cargo de la industria básica y turística. Ni los rusos, ni los chinos hicieron esto por Castro, por el contrario, fue una hija de Rockefeller.
Por su parte, desde los 60, Abby, la rebelde y marxistoide hermana de Peggy Dulany, ya era una ferviente admiradora de Castro.
Más aún, el padre de Abby y Peggy Dulany, David Rockefeller, es presidente del AHTC o Americans for Humanitarian Trade with Cuba (Americanos por un comercio humanitario con Cuba), que desde su fundación en 1998, es el principal grupo que cabildea ante el Congreso norteamericano en favor del levantamiento del embargo contra Cuba. A aso tiene esto alguna lógica aparente?
También, David Rockefeller ha promovido el Programa de Estudios cubanos del Centro de estudios Latinoamericanos del, a su vez, Centro David Rockefeller perteneciente a la Universidad de Harvard.
A través del programa de estudios del Centro Rockefeller, cientos de profesionales y científicos de las instituciones gubernamentales cubanas han disfrutado de becas y cursos gratuitos en la elitista universidad de Harvard. Gracias a ello, las instituciones científicas castristas están en la mejor disposición para desarrollar desde la vacuna contra el SIDA hasta la fabricación de armas biológicas de exterminio masivo para terroristas y movimientos radicales.
Como colofón, en febrero del 2001, David Rockefeller visita Cuba acompañado por una delegación del CFR compuesta por 19 importantes personalidades financieras, políticas, mediáticas y académicas norteamericanas.
Al igual que en sus viajes a la antigua URSS -que, como veremos, preparó la caída del bloque comunista- y a China, que le abrió la puerta a las finanzas internacionales a Pekín, la visita de Rockefeller a la Isla será decisiva para el futuro del régimen castrista.
Tras la visita de David a La Habana y gracias a su trabajo desde el AHTC -con ayuda de la comisión de su asociado Kissinger-, los E.U ha vuelto a convertirse en el principal suministrador de alimentos de Cuba.
Gracias a la gestión de Rockefeller, el comercio entre EE.UU. y Cuba ha sobrepasado los mil millones de dólares, a pesar del diferendo con la Isla, el llamado embargo comercial y de las presiones de los congresistas y senadores cubano americanos. Esto, definitivamente, ha evitado un colapso total del régimen castrista.
Quizás usted ha escuchado que el petroleo venezolano se refina en Cuba. Lo que tal vez no sabe es que esas refinerías no las construyo Castro. Sin lógica aparente, en la década de los 50, las grandes empresas petroleras norteamericanas instalaron cuatro refinerías en Cuba para procesar el crudo proveniente de Venezuela, en vez de instalarlas en ese país. Las mismas tenían una capacidad de unos 300 mil barriles diarios, lo que decuplicaba incluso las futuras necesidades de la Isla en pleno desarrollo.
Las dos refinerías cubanas más importantes eran propiedad de la Standard Oil of Cuba, una de las mayores inversiones de los Rockefeller en América Latina durante la década de los 50 junto a sus vastas posesiones de la United Fruit Co. al norte de la región más oriental de Cuba.
No obstante haber perdido todas sus propiedades en Cuba debido a las confiscaciones del gobierno de Castro, los Rockefeller nunca dejaron de manifestar un gran afecto hacia Fidel Castro.
En agosto de 1959, a pesar de las confiscaciones, Nelson Rockefeller dijo con admiración: "Pienso que Fidel Castro está haciendo un magnífico trabajo". Ya, el 24 de diciembre de 1958, los Rockefeller habían brindado por este cuando hizo una fiesta en el Waldorf Astoria llamada "Fiesta Cubana" en la que manifestó que esperaba un nuevo gobierno para Cuba.
La familia Rockefeller no es cualquier objeto de farándula de ricos y famosos sino uno de los clanes más influyentes y poderosos del mundo. Quizá, el más influyente y poderoso. Nada de lo que haga o diga un Rockefeller –sobre todo David- puede tomarse a la ligera.
En realidad, el afecto de los Rockefeller hacia Castro va más allá del puro capricho sino que es resultado de una la larga relación que involucra desde los intereses particulares de este clan como de los planes mediatos de la élite financiera global.