Como buen cubano y por costumbres de antaño todos los días voy al café de la esquina, a tomar café cubano. En el susodicho lugar veo luchas imaginarias de personajes pintorescos que combaten al sistema con el valor de una tasa de café, tratando de no ser escuchados para no tener problemas en sus viajes de regreso. Esto ya lo veo como una rutina diaria que extraño días en que no voy, por cuestiones de tiempo y casi no me molesta, quede aclarado digo casi por que nunca lograre entenderlo.
Estos personajes que se auto denominan demócratas, acusan a quien piense diferente y este activo en la lucha contra el tirano de agentes de Castro.
En una de sus batallas de patriota uno me comento que Yoanis era agente por que no tiraba tiros que era la única manera de acabar con la dictadura. Yo le riposte con la pregunta oficial de que hacia el por su patria recibiendo como respuesta que el era demócrata y este país no le permitía ningún tipo de lucha.
Esto es algo que me enfurece sobremanera, no es que yo sea fanático de Yoanis, pero como podemos criticar al que lucha cuando no hacemos nada? Estos demócratas pasivos necesitan una pastilla de patriotismo que los despierte de sus luchas imaginarias, que los tranquilice en sus viajes de regreso por amores de a dolar y comience a crear una disciplina de unión para acabar con la dictadura.
El momento es de lucha real, no de batallas imaginarias donde el valor se adquiere en la esquina con un café. La critica es necesaria siempre y cuando no sea para destruir a quienes arriesgan su vida y libertad en una lucha cotidiana por la libertad de nuestra isla.
Un viejo al que considero sabio me comento un día que la historia la escriben los activos y los pasivos no se mencionan.